Léon Beyer Pinot Gris, 2017

La pinot gris es una de las variedades blancas más extendidas a lo largo del mundo. Este clon de la pinot noir - considerada la favorita del emperador Carlos IV de Luxemburgo-, se cultiva en distintas zonas vitivinícolas, como Italia, Oregón, Alemania y evidentemente en Francia. De hecho, la pinot gris nace en Borgoña, aunque su territorio es la A.O.C. Alsacia, en el noroeste de Francia. Ahí mismo, justo en el Alto Rin, se elabora Léon Beyer Pinot Gris, un blanco producido por Léon Beyer en la ciudad de Eguisheim, cuna de la región vinícola de Alsacia, considerada actualmente como uno de los viñedos más grandes de Francia (con más de 300 hectáreas).

Allí, la familia Beyer ha estado desde 1580 trabajando como viticultores, hasta 1867, cuando Emile Beyer decidió a profesionalizar completamente esta tradición familiar, fundando la Maison de Vin d'Alsace. Justo a las afueras de esta ciudad dispuesta en forma de círculos concéntricos -siguiendo la forma de las antiguas murallas de la ciudad- Léon Beyer cultiva las 20 hectáreas que posee en propiedad, situadas en los grands crûs de Eichberg y Pfersigberg (con suelos arcillosos-calcáreo).

El resto de secretos de Léon Beyer Pinot Gris -presente en la mayoría de los restaurantes tres estrellas Michelín de Francia-, se consiguen en la bodega, donde la uva se selecciona y se vinifica por separado, garantizando mantener y potenciar las cualidades de cada parcela. Tras el prensado, el mosto pasa a toneles de madera o tanques vidriados, donde fermentará a partir de las levaduras autóctonas. Durante este proceso, el vino será catado todos los días, para garantizar tanto su correcta evolución como la intensidad de sus aromas varietales. Finalmente en invierno, antes de su embotellado, se realiza un trasiego -donde Léon Beyer Pinot Gris se clarifica de forma natural- y una filtración en primavera. Léon Beyer Pinot Gris terminará su evolución en las bodegas, donde envejecerá hasta alcanzar la calidad adecuada.