Dom Perignon Vintage 2013, Brut

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Cosecha tardía, Elegante claridad, Equilibrio entre la acidez y la redondez

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Dom Pérignon es la marca de prestigio más célebre del mundo. Recibe su nombre en honor a Pierre Pérignon, monje benedictino a quien se le atribuye el descubrimiento del método champanoise. Dice la leyenda que cuando probó esta bebida por primera vez exclamó “venid pronto, estoy probando las estrellas”.

Es un “vintage” que tan solo se elabora en las mejores añadas y con una crianza mínima de 8 años.

El año vitivinícola 2013 supuso una apreciada reconexión con el glorioso pasado de las cosechas tardías. Después de un invierno frío y húmedo, la primavera fue gris, bastante fresca y extremadamente lluviosa. Las viñas empezaron a brotar unas dos semanas más tarde que la media de la década, un retraso que se prolongó hasta la vendimia. El verano cálido y seco fue el más soleado registrado en la región de Champaña, resultando especialmente beneficioso para la calidad de las uvas. Las lluvias de principios de septiembre dieron paso rápidamente a los vientos de levante, que mantuvieron las uvas sanas hasta su recolección. La vendimia en Dom Pérignon comenzó el 28 de septiembre. La cata de esta añada reveló un prometedor equilibrio entre acidez y cuerpo.

La creación de la añada 2013 revela la armonía entre las pinot noir y las chardonnays, entre la acidez y la corpulencia. El buqué preciso, elegante y táctil florece en una delicadísima trenza aromática granulada alrededor de tres matices: primero, cítricos; después, una faceta más vegetal; y, por último, especias.
Esta precisión revela una elegancia simple y evidente donde el vino, después de un ataque etéreo, amplifica y florece antes de dar paso a una sensación indescriptible de claridad.

La delicada nariz se despliega en franjas de color.
El verde del eucalipto, la menta y el vetiver, el amarillo anaranjado de las ciruelas mirabel, el albaricoque y el azahar, el marrón de la pimienta, los palos de cardamomo y el regaliz y, por último, matices plateados salinos y tostados.
Es elegante en boca y expresa una lujosa simplicidad y precisión.
La base refinada y sedosa se acentúa en el corazón.
El final está dominado por una salinidad que deja una profunda sensación de consistencia.

Si queremos hacer una presentación general del Vintage 2013, podemos decir que la intensidad del vino se apoya en la acidez para revelar su carácter. Se marida fantásticamente con frutas o vegetales ácidos como los cítricos, los tomates verdes, la acedera o el ruibarbo. Para ahondar más en los maridajes, otra opción sería combinar la energía e intensidad de Dom Pérignon Vintage 2013 con texturas firmes y carnosas; contrastar lo ácido con lo yodado.

111.000

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